Alimentación infantil

Alimentación infantil

La alimentación de los más pequeños debe estar basada en alimentos reales y evitar la mayoría de lo posible los alimentos procesados o productos destinados a este sector.

A medida que crecen, sus necesidades van cambiando, pero no por ello debemos descuidar su alimentación. Hacerlo desde el primer momento es muy sencillo.

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      La alimentación de los niños puede suponer un problema si no sabemos organizar correctamente cada comida de la semana. La improvisación de los platos lleva a realizar malas elecciones alimentarias que, si se repiten de forma continuada en el tiempo, aumentan las probabilidades de que aparezcan problemas de salud, como la obesidad, diabetes, colesterol elevado… pero no sólo en el niño, si no en toda la familia.

      Una buena planificación alimentaria, con alimentos reales y saludables, puede hacer que nuestros hijos aprecien mejor los sabores reales de los alimentos y no se acostumbren a los sabores tan potentes que pueden llegar a tener los productos ultraprocesados.

      Empezar desde el principio

      Desde el primer momento que comenzamos con la alimentación complementaria o Baby-Led Weaning estamos condicionando su paladar. Si desde un principio el niño consume alimentos altamente azucarados, con harinas refinadas o cargados de grasas de mala calidad, su umbral de sabor estará muy elevado, y luego no querrá comer las verduras, legumbres y frutas que le ofrezcamos porque tienen un sabor mucho más neutro que a lo que le hemos acostumbrado.

      Los niños demandarán un sabor más potente si a eso le hemos acostumbrado.

      Si nos preocupa la alimentación en nuestros pequeños y qué podemos darles de comer en casa, es muy importante tener unas buenas bases de educación alimentaria para ayudarles. Tenemos que tener en cuenta que somos auténticos modelos a seguir para los más pequeños de la casa, en todos los aspectos (no sólo con la comida), por lo que si ellos nos ven comer de forma saludable todos los días, lo tomarán por algo cotidiano y lo harán con total normalidad.

      La comida en casa

      Desde casa, practicando con el ejemplo, adquiriendo buenos hábitos alimentarios y eliminando o reduciendo considerablemente el consumo de productos procesados, son los mejores consejos con los que podemos comenzar.

      Alimentos saludables para los niños

      Cualquier alimento real o mínimamente procesado es bueno para cualquier niño, se encuentre en la edad que se encuentre. Las frutas, verduras y hortalizas se las debemos ofrecer a diario para que el niño las consuma, al igual que el resto de familia.

      Las legumbres tampoco deben faltar durante la semana. Existen muchas maneras de presentar este tipo de comidas, no sólo el típico plato de lentejas; tenemos el hummus, los salteados, en forma de ensalada o las clásicas legumbres estofadas. Tenemos muchas posibilidades para que a los niños les apetezca comer este tipo de alimentos.

      Y lo mismo ocurre con las frutas o las verduras. Si a los niños les presentamos las verduras hervidas y nada más, no les gustará (ni a ningún adulto tampoco). Variar y descubrir nuevas formas de cocinar las verduras puede ser muy interesante para despertar su curiosidad por ellas.

      Si es de elección familiar, también se pueden consumir lácteos, huevos, carnes y pescados. La mejor opción para presentarle los lácteos son el queso, los yogures naturales y la leche es en su formato natural, es decir, nada de yogures de sabores, natillas, flanes, batidos de chocolate, zumos… Esto son postres lácteos que están cargados de azúcar y aumentaría el umbral de sabor de los pequeños, demandando cada vez más estos productos.

      Alimentos poco recomendados para niños

      Como hemos dicho antes, los postres lácteos no están nada recomendamos para los niños (ni para los adultos) ni son necesarios para su crecimiento.

      Los productos precocinados o listo para servir tampoco son recomendados porque llevan grandes cantidades de sal, grasas de mala calidad o harinas refinadas.

      Al igual ocurre con todos los productos que están destinados a este sector. Las galletas, cereales o bollería industrial deberían reservarse para una ocasión muy especial o, incluso, eliminarlos de la alimentación del pequeño porque son auténticas bombas calóricas que no le están aportando nada a su organismo y además, desplazan el consumo de alimentos que sí que nos interesan porque cuidan su salud.

      Si nos preocupa su salud y los llevamos al médico cuando están enfermos, los curamos cuando tienen heridas o les damos cariño cuando están triste, con la alimentación no deberíamos bajar la guardia.

      Tenemos que tener claro que desde la propia lactancia materna hasta lo que se pueda consumir en un cumpleaños, es muy importante para los pequeños de la casa. En los cumpleaños, las fiestas locales o eventos sociales en los que disfrutemos de la comida, debemos hacerles entender que la manera de comer esos días no debe ser la habitual. Lo importante es disfrutar de esos días, pero sabiendo que el resto de semana comeremos muy bien en casa.