Sara Jiménez » Alimentación infantil » BLW – Baby-Led Weaning
La manera en la que comenzamos a dar alimentos sólidos a nuestros hijos, determina en gran parte sus preferencias alimenticias. Si desde primera hora, comenzamos a ofrecerles alimentos insanos, ellos mismos los demandarán en un futuro, y no son nada saludables para su etapa de crecimiento.
Aprender cómo hacer la introducción de los alimentos es muy importante para nuestros pequeños.
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El método Baby-Led Weaning lleva por bandera el fomento de la independencia del bebé a la hora de alimentarse. Traducido al español, sería una alimentación autorregulada por el bebé, es decir, él mismo determina la cantidad de comida que se lleva a la boca y es él mismo quien lo hace.
Últimamente este método está cogiendo más fuerza entre los padres que deciden pasar a la alimentación complementaria. Es un proceso muy bonito que permite disfrutar de nuestro bebé y sus capacidades. No significa que al comenzar la alimentación complementaria dejemos de dar lactancia materna (o leche en fórmulas), se trata de un complemento que irá cogiendo fuerza con los años pero la alimentación principal de nuestro bebé será la lactancia materna o la leche de fórmula.
Debe comenzarse a partir de los 6 meses, pero cada bebé es un mundo y debemos estar atentos a las señales que ellos mismos nos mandan para saber si están o no preparados para iniciarla.
Para ello, debemos atender algunas de estas señales:
Si hemos decidido comenzar la alimentación complementaria con este método, debemos tener en cuenta también varios puntos que se nos presentan.
A la hora de introducir nuevos alimentos, debemos hacerlo espaciado en el tiempo para comprobar si existen o no alergias o intolerancias, es decir, las primeras veces que le demos comida, introduciremos uno o dos alimentos en el plato a la semana o cada 3-4 días para comprobar si existen o no alergias. Si introducimos en un mismo plato patata, judías verdes, zanahoria y brócoli y el bebé tiene una reacción alérgica, no sabremos qué se lo ha producido.
Debemos tener especial cuidado con los alimentos potencialmente alérgenos, es decir, los que mayor probabilidad tienen de provocar una alergia en nuestro bebé. Estos alimentos son:
No debemos tener miedo a estos alimentos, pero en la introducción de los mismos, debemos estar más pendientes y debe estar más vigilada.
A partir de los 6 meses, podemos darle cualquier tipo de alimento a nuestro bebé, a excepción de aquellos que tienen más riesgo de sufrir atragantamientos, como los frutos secos, las uvas, las aceitunas o las cerezas, que se aconseja dárselos cuando sean un poco más mayores; son alimentos pequeños que pueden inducir fácilmente el atragantamiento.
Las infusiones o la miel se aconseja ofrecerlas a partir de un año, por la cantidad de esporas que tienen en su composición y lo poco que tienen desarrollado su sistema inmune (existe riesgo de botulismo).
Las espinacas y las acelgas son ricas en nitratos, por lo que dejaremos su consumo a cuando nuestro bebé tenga un año, o si queremos ofrecerlas a partir de los 6 meses, lo haremos muy espaciado en el tiempo (una vez al mes aproximadamente).
Por otro lado, el pez espada, el tiburón o el atún rojo no se aconseja ofrecerlos hasta los 3 años por la cantidad de metales pesados que puedan contener en su composición (cuando se los ofrezcamos, no se debe superar los 50 gramos a la semana).
Para reducir las probabilidades de atragantamiento, podemos ofrecerle alimentos grandes, del tamaño de su puño, para que ellos mismos puedan cogerlo sin problema y llevárselo a la boca. Los alimentos cocidos, como los bastones de zanahoria, el brócoli o la patata suelen ser los mejores para comenzar. Los alimentos crudos tienen más riesgo de atragantamiento.
Según la Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición pediátrica y la Academia Americana de Pediatría, el orden de introducción de los alimentos no es relevante para un niño. La introducción debe ser gradual y atendiendo a los diferentes puntos que hemos mencionado.
No nos debe preocupar que nuestro bebé aún no tenga dientes porque ellos mismos podrán masticar con las encías, siempre y cuando sean alimentos blandos.
Para comenzar, podemos ofrecerles plátano, pan, carne cortada a favor de la fibra, pescado (cuidado con las espinas), algo de pasta (las mejores son las que tienen forma de hélice, por su tamaño y facilidad de manipulación), bolitas de arroz, bastones de zanahoria o legumbres estofadas. Teniendo en cuenta siempre el tamaño del alimento y estando siempre bajo nuestra supervisión.
El bebé puede comer igual que nosotros, siempre y cuando nosotros llevemos una alimentación saludable con alimentos reales.
A continuación os dejamos varias ideas de platos que podemos ofrecerles a nuestros pequeños para que se vayan familiarizando con la comida real.
La cantidad de comida que le pongamos en el plato siempre va a estar regulada por el propio bebé. La experiencia nos dirá si es mucha la cantidad de comida que le hayamos puesto.
Si quieres comenzar este tipo de alimentación con tu bebé pero no sabes por donde comenzar, ponte en contacto conmigo y te asesoraré en todo lo que desees.