Sara Jiménez » Blog de Sara Jiménez » Alimentación saludable » Errores más comunes al acudir a un nutricionista
Acudir a un dietista-nutricionista puede ser una experiencia intimidante para muchos. La idea de hacer dieta y enfrentar el temor a pasar hambre, a cambiar de manera radical su vida o por el miedo al juicio de su entorno son sólo algunos de los pensamientos que pueden crearse en la mente de aquellos que buscan ayuda profesional en materia de nutrición.
Sin embargo, es importante desmitificar estas preocupaciones y comprender lo que realmente implica una consulta con un dietista-nutricionista. Alejado de esos pensamientos intrusivos que pueden llegar a generarse en la mente de muchas personas, acudir a la consulta de un dietista-nutricionista debe considerarse un entorno seguro donde realmente te orienten y ayuden a cambiar aspectos de tu vida que son necesarios para mejorar tu salud.
En este post quiero contarte cuales son los principales miedos que veo en consulta y quiero enseñarte también el motivo por el cual son todo mitos. Espero que este post te ayude y si estabas dudando si acudir o no a la consulta con este profesional, al final te animes. Si quieres, puedes ponerte en contacto conmigo, estaré encantada de ayudarte en todo lo que necesites.
Como te he comentado antes, creo que a día de hoy (aunque esto ha empezado a cambiar) se sigue pensando que ir a consulta de un nutricionista es sinónimo de cambiar tu vida de manera radical, de sufrir, de no disfrutar de la comida… y nada más lejos de la realidad. En este punto, quiero contarte cuales son los principales pensamientos intrusivos que veo en consulta y también te haré ver que no tiene nada que ver con acudir a un especialista de la alimentación.
Para muchas personas, la mera mención de la palabra «dieta» evoca imágenes de restricción, privación y pasar hambre. Esto se debe en gran medida a la asociación cultural y social que se ha construido en torno a la palabra «dieta», que ha adquirido connotaciones negativas, a menudo asociadas con planes extremadamente restrictivos y monótonos.
En consecuencia, muchas personas han llegado a temer la idea de seguir una dieta ya que la asocian con la negatividad, el sufrimiento y la imposibilidad de disfrutar de la comida. Esta percepción puede actuar como una barrera para buscar ayuda profesional, ya que algunos pueden sentirse desanimados o abrumados por la idea de tener que someterse a un régimen alimentario estricto y poco placentero.
Sin embargo, es importante reconocer que la realidad de una dieta equilibrada y saludable es muy diferente a esta percepción negativa. Uno de los principales objetivos que los dietistas-nutricionistas debemos fijarnos en consulta es la de eliminar la palabra dieta de nuestro vocabulario o enseñar que esta no tiene porqué tener connotaciones negativas. En consulta, un buen nutricionista debe enseñarte a llevar a cabo una planificación saludable, enfocada a tus objetivos, en la que se coma lo más variado posible, incluyendo alimentos de calidad y sin restricciones que hagan aborrecer la comida saludable.
Un enfoque nutricional adecuado no implica privarse de alimentos nutritivos y sabrosos, si no más bien encontrar un equilibrio que permita disfrutar de una variedad de alimentos mientras se promueve la salud y el bienestar de las personas. No es cuestión de comer menos para conseguir los objetivos propuestos, si no de comer mejor.
El temor a ser juzgado por el nutricionista y el miedo a enfrentar críticas por no seguir la planificación pueden llevar a que las personas oculten información o incluso mientan durante las consultas. Esta actitud puede obstaculizar significativamente el progreso en el proceso de asesoramiento nutricional. Cuanta más información tenga el nutricionista sobre los hábitos alimentarios, las dificultades y los desafíos a los que te enfrentas, más eficazmente podrá diseñar un plan personalizado y ofrecerte el apoyo necesario.
Es crucial que te sientas cómodo y seguro para ser honesto y transparente con tu nutricionista, ya que esto facilitará una colaboración efectiva y contribuirá a mejores resultados en términos de salud y bienestar.
Por lo tanto, es fundamental que los nutricionistas creen un ambiente de confianza y empatía, donde las personas se sientan libres de compartir abiertamente sus experiencias y preocupaciones sin temor a ser juzgados. Si tu nutricionista te juzga o te hace sentir mal por haber comido ciertos alimentos, huye; no es un buen nutricionista.
Otro error común que se ve demasiado en consulta es tener expectativas poco realistas sobre los resultados. Algunas personas esperan soluciones rápidas y fáciles para alcanzar sus objetivos de salud, como perder peso en poco tiempo sin realizar cambios significativos en su estilo de vida.
Sin embargo, la realidad es que el proceso de mejorar la alimentación y la salud requiere tiempo, compromiso y paciencia. El dietista-nutricionista trabaja para establecer metas alcanzables y desarrollar estrategias sostenibles a largo plazo. Huye de aquel profesional sanitario que te prometa resultados rápidos y fáciles porque te está vendiendo algo que no es real. Los cambios en la alimentación (y en cualquier ámbito de la vida) conllevan un esfuerzo y un tiempo; y establecer metas poco realistas sólo hace que te frustres, aumente la ansiedad por no poder conseguirlo y abandones los objetivos con el pensamiento de que la dieta no funciona, que tú no sabes hacerlo o que tu nutricionista no sabe hacer dietas.
Creo que es uno de los principales motivos por el cual muchas personas no acuden a consulta. En la gran mayoría de casos se piensa que para poder llevar a cabo una alimentación saludable se debe renunciar a la vida social o a poder comer fuera de casa. Nada más lejos de la realidad.
El punto de partida en consulta es aprender y ser conscientes de que nadie lleva el 100% de su alimentación de manera saludable y estricta. Nadie vive en una burbuja en la que no tenga vida social, no tenga estrés, no tenga el periodo menstrual en el caso de las mujeres… Todo esto son factores que, de manera general, se relacionan con comida o bebida. Somos seres sociales y, sobre todo los españoles, lo relacionamos todo con comida, por lo que es muy complicado renunciar a salir a comer fuera de casa, a un cumpleaños o a salir a tomar un café con los amigos.
Lo que se debe llegar a comprender es que es mucho más importante llevar un 80-90% de la alimentación saludable, enfocada en el objetivo, pero con el permiso y la tranquilidad de saber que existe un porcentaje destinado a ser un poco más flexible en cuanto a comida y bebida. Si se llega a cumplir el 100% de la alimentación de manera saludable y según lo que se tenía estipulado, genial; pero no te debes sentir culpable si ha llegado el cumpleaños de tu hijo y quieres tarta, si has quedado con tus amigos a tomar un café o simplemente hoy te apetece tomar algo dulce de una pastelería.
Debes pensar que esa «salida» de la planificación estipulada no forma parte de tu día a día, no estás todos los días comiendo dulces o bebiendo refrescos… El problema viene cuando los productos ultraprocesados forman parte de la rutina diaria, pero si es algo esporádico, se puede hacer. Ser flexible es clave para que la alimentación saludable se instaure en tu vida y no desaparezca.
Uno de los principales miedos que se ven en consulta es el miedo a la báscula y tener que pesarse. Durante muchos años, la consulta del nutricionista únicamente se ha centrado en el número que indicaba la báscula y en base a lo que salía, te valoraban si lo habías hecho bien o no durante la semana.
Si tu nutricionista únicamente ve tu avance con el número de la báscula, huye. El peso puede ser un dato más, pero no el único. No pasa nada si no te pesas y valoras tu avance por la báscula, existen muchos otros factores (más importantes y determinantes) que te muestran realmente tu progreso, como por ejemplo las medidas de cintura y cadera (si buscas medir algo); pero también es muy importante ver cómo has ido avanzando en tu salud física, es decir, que te encuentres más ágil, puedas subir las escaleras sin fatigarte, vayas mejor al baño, estés de mejor humor… son aspectos que nunca se han tenido en cuenta en consulta pero son muy valiosos para saber si se están consiguiendo los objetivos propuestos.
Algunas personas pueden percibir la consulta con un dietista-nutricionista como una experiencia intimidante o incómoda, enfocada únicamente en la restricción y el control de la alimentación.
Sin embargo, la realidad es que la consulta es un espacio seguro y de apoyo donde se fomenta el diálogo abierto y honesto sobre la alimentación y la salud. Un nutricionista no solo proporciona pautas dietéticas, sino que también ofrecen educación nutricional, herramientas prácticas y apoyo emocional para ayudar a sus pacientes a alcanzar sus objetivos de salud de manera integral.
La consulta con un dietista-nutricionista implica varios aspectos clave que buscan proporcionar una atención integral y personalizada. Un buen nutricionista nunca te va a juzgar, no te va a hacer sentir mal por haber cumplido o no con los objetivos… Un nutricionista es el profesional sanitario que te va a acompañar en el camino hacia tu salud.
Aquí te dejo un listado de aspectos que debe tener tu nutricionista cuando vayas a su consulta.
Durante la consulta inicial, el dietista-nutricionista realiza una evaluación exhaustiva de la historia médica, los hábitos alimenticios, el estilo de vida y los objetivos de salud. Esta evaluación abarca no solo la ingesta alimentaria actual, sino también factores como las preferencias personales, las restricciones dietéticas, las condiciones médicas existentes o el nivel de actividad física.
El objetivo principal que tiene que tener tu nutricionista es el de personalizar en cada momento todos los objetivos que te propongas, por ello, esa evaluación inicial es tan importante. Debe conocer todo lo que rodea a tus hábitos alimentarios para poder ofrecerte una guía mucho más específica y enfocada en lo que estás buscando.
Basándose en la información recopilada durante la evaluación, el dietista nutricionista desarrolla un plan nutricional personalizado que se adapta específicamente a las necesidades y metas individuales del paciente. Este plan se centra en recomendar cambios graduales y realistas en la alimentación y el estilo de vida, teniendo en cuenta factores como la edad, el género, el peso, la altura y cualquier condición médica subyacente.
Después de establecer el plan nutricional, tu dietista-nutricionista debe darte seguimiento y apoyo continuo para ayudarte a implementar y mantener los cambios recomendados y estipulados. Esto puede implicar revisiones periódicas para evaluar el progreso, realizar ajustes en el plan según sea necesario y proporcionar motivación y orientación adicional para superar cualquier obstáculo o desafío que surja en el camino.
Como te he comentado antes, tu nutricionista no debe juzgarte si no acompañarte en el camino.
Uno de los aspectos más importantes de una consulta con un dietista-nutricionista es la empatía y el apoyo emocional que ofrece. Este profesional está preparado para escuchar activamente las preocupaciones y necesidades de cada uno de sus pacientes, ofreciendo un ambiente de apoyo y comprensión libre de juicios. Esta conexión emocional es fundamental para establecer una relación de confianza y colaboración, lo que te permite sentirte cómodo al compartir experiencias y trabajar en conjunto hacia objetivos de salud positivos.
Si no te sientes cómodo en la consulta con tu nutricionista, te recomiendo que busques a otro mucho más afín a ti.
Ir a la consulta de un dietista-nutricionista es mucho más que simplemente hacer dieta. Es una oportunidad para recibir orientación profesional, educación nutricional y apoyo personalizado. Se trata de un proceso colaborativo y centrado en la persona que tiene como objetivo promover hábitos alimentarios saludables y sostenibles a largo plazo.
La creencia errónea de que una dieta saludable implica constantemente sentirse privado o insatisfecho puede ser un gran obstáculo para buscar ayuda profesional.
Por lo tanto, al abordar estos temores y malentendidos comunes en la sociedad puede hacer posible que más personas se sientan motivadas a buscar la ayuda de un dietista-nutricionista, aprovechando al máximo la experiencia y lograr resultados positivos en términos de salud y bienestar.
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