Sara Jiménez » Nutrición enteral y nutrición parenteral
La principal diferencia que existe entre una nutrición enteral y una nutrición parenteral es la vía por la que se administra. Por un lado, la nutrición enteral se administra por vía digestiva, mientras que la nutrición parenteral se administra por vía venosa.
Se trata de un tipo de alimentación que se da mayoritariamente en hospitales cuando el paciente requiere de una ayuda para poder estar nutrido.
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El principal objetivo de ambos tipos de nutrición es que la persona esté bien nutrido durante la estancia en el hospital y, si lo requiere, tras la hospitalización.
Cuando se ha corregido la desnutrición que tenía la persona o se ha resuelto el problema que tenía, se suelen retirar para que la persona pueda comer por sí misma una alimentación sólida; pero en muchas ocasiones, este tipo de alimentación se lleva a casa para reforzar la nutrición total de la persona, sobre todo en el caso de la nutrición enteral.
La nutrición enteral es una forma de administrar al paciente los nutrientes necesarios para poder cubrir sus necesidades nutricionales diarias. En muchas ocasiones, tras un problema de salud, que le ha llevado a estar en el hospital, una persona necesita ayuda para poder nutrirse de manera correcta o para poder corregir una desnutrición provocada por dicha enfermedad. El principal objetivo es mejorar el estado nutricional de la persona.
La forma en la que se administra este tipo de nutrición puede ser por vía oral, mediante batidos ricos en los nutrientes que necesita, o a través de una sonda.
Lo más recomendado es que el paciente tome la nutrición enteral por vía oral, es decir, que sea él mismo el que tome los batidos porque, por un lado se moviliza el sistema digestivo y mantiene su capacidad de deglución, y por otro lado, se trata de una técnica de administración de nutrientes mucho menos invasiva que el resto.
Si la persona no puede tomar la nutrición a través de los batidos, ya sea porque presenta una disfagia o cualquier otro problema de salud que le impida deglutir, la nutrición enteral se puede administras a través de una sonda. Existen varias formas de administrar los nutrientes:
En este punto, un dietista-nutricionista, junto con el resto de profesionales del equipo, es el encargado de formular las necesidades nutricionales que cada persona necesita durante su estancia en el hospital o las necesidades que tendrá una vez se vaya a casa. Este procedimiento debe ser algo totalmente personalizado porque cada persona tendrá unas necesidades nutricionales distintas. En base a ello, existen ciertos puntos a tener en cuenta para conseguir que la nutrición enteral se ajuste lo máximo a las necesidades requeridas.
Calorías basales, las mínimas diarias necesarias | Fuente de nutrientes administrados – Digeridos (oligoméricas) y no diferidos (poliméricas) |
Reparto de calorías – Hidratos de carbono, proteínas y grasas | Viscosidad de la nutrición (variable según el tipo de sonda) |
Factor de actividad, si lo hubiese | Cantidad y tipo de fibra; suele ser 80% insoluble y 20% soluble |
Factor término de los alimentos | Cantidad de inmunonutrientes (ayudan al sistema inmunitario). A veces no es necesario incluirlos |
Factor de estrés | Micronutrientes, como las vitaminas y minerales |
Densidad calórica | Correcta relación entre omega-3 y omega-6 |
Vía por la que se administra | Osmolaridad, suele estar en 300 mOsm/kg |
La nutrición parenteral, a diferencia de la nutrición enteral, es una forma de administración de nutrientes que se da a través de la vía intravenosa. Cuando la persona es incapaz de deglutir la comida, su tracto intestinal es inaccesible o existe una desnutrición severa que no se puede corregir de manera efectiva con la nutrición enteral, la nutrición parenteral es la mejor solución porque los nutrientes requeridos pasan directamente al torrente sanguíneo.
De manera general, se suele administrar a través de la vena cava superior, subclavia, yugular o femoral; y dependiendo siempre de las circunstancias de la persona, se suele incluir una nutrición parenteral continua, en las que se está administrando nutrición durante 24 horas, o una nutrición parenteral cíclica, en la que se suele administra la nutrición durante el día o durante la noche.
Esta nutrición parenteral puede darse a las personas en conjunto con una nutrición oral, es decir, si el paciente puede comer pero existe una desnutrición severa o la comida sólida no cubre las necesidades en ese momento, se suele ofrecer alimentación sólida y se completan los requerimientos con la nutrición parenteral (es lo que se conoce como nutrición parenteral parcial).
Al igual que en la nutrición parenteral, el papel del dietista-nutricionista es fundamental para conseguir una correcta formulación de la nutrición para cada persona. Este profesional sanitario debe tener en cuenta muchos aspectos importantes para poder cubrir todas las necesidades nutricionales. Dependiendo de cada caso, la formulación puede variar. Los puntos a tener en cuenta para conseguir una nutrición parenteral óptima son los siguientes:
Aporte calórico | Debe ser suficiente y adaptado a la persona y a sus necesidades, teniendo en cuenta las calorías basales |
Hidratos de carbono | Es interesante incluir glucosa como única fuente de carbohidratos. Dependiendo del caso, se suele recomendar 2-5 g/kg de peso |
Proteínas | Es recomendable incluir los aminoácidos en su forma activa. Esto dependerá siempre de la patología que se trate, pero en fórmulas estándar se recomienda 25-45% de aminoácidos esenciales |
Lípidos | En términos generales, las fórmulas con una importante cantidad de lípidos aseguran también un aporte de ácidos grasos esenciales. Es interesante que estas también sean ricas en DHA y EPA para que tengan un efecto antiinflamatorio |
Micronutrientes | Se debe valorar la situación clínica de cada persona para asegurar un aporte, tanto de vitaminas como de minerales, óptimo. Se debe tener en cuenta el equilibrio de electrolitos |
Requerimientos hídricos | Si la persona no puede beber agua, se debe tener en cuenta para evitar una deshidratación. Estas medidas también dependerán de cómo se encuentre la persona y sus necesidades |
El dietista-nutricionista especializado en clínica hospitalaria es el profesional sanitario indicado para poder formular, de manera personalizada, las necesidades de cada paciente. Debe tener en cuenta qué tipo de patología tiene y, junto al resto de compañeros sanitarios, valorar qué tipo de nutrición es la más óptima para la persona.
En base a esto, el dietista-nutricionista debe elaborar un informe con todas las necesidades nutricionales para que la recuperación de la persona sea la deseada y en el menor tiempo posible. Los puntos clave y aspectos más importantes que debe tener en cuenta un dietista-nutricionista son los siguientes:
Además de esto, el dietista-nutricionista, gracias al equipo multidisciplinar, también puede conocer, para ampliar más información sobre la persona y su historial, el control y evolución de los signos vitales de la persona hospitalizada o el funcionamiento del ritmo del flujo intravenoso de la nutrición, es decir, el uso de las bombas de infusión por donde se administra la nutrición.