Sara Jiménez » Dieta para personas encamadas
Cuando una persona se encuentra en cama durante un tiempo prolongado, la dieta que lleve a cabo es fundamental para su pronta recuperación o para evitar el desgaste muscular y de salud que puede provocar la situación.
Es importante que un dietista-nutricionista valore la situación y paute de manera correcta qué tipo de dieta es la más adecuada.
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En ocasiones, tras un accidente, operación u enfermedad, incluso mujeres con embarazos de riesgo, debemos permanecer en cama por un tiempo prolongado. Sanitariamente, cuando ese tiempo supera las 72 horas de duración, se considera a la persona encamada de forma temporal, llegando a transcurrir incluso meses.
Pacientes con enfermedades degenerativas, motoras, etc, se considerarían pacientes encamados crónicos.
En cualquier caso, este tipo de personas desarrollan problemas típicos de la inactividad, como son la pérdida de masa muscular, al no dar uso a los propios músculos, estreñimiento, por la falta de actividad intestinal, y en muchos casos pueden subir o bajar de peso, dependiendo de la alimentación que lleven.
Cada persona tiene unas necesidades nutricionales distintas, según su sexo, edad, condición física…
Uno de los objetivos nutricionales que todas las personas en cama deben tener en cuenta es el de mantener un peso estable (siempre que sea una persona con normopeso; si presentara sobrepeso o estuviera por debajo de su peso se harían modificaciones en la dieta).
Al permanecer en estado de inactividad durante tanto tiempo, las necesidades calóricas son menores que en condiciones de movimiento. Esto quiere decir que la persona debe ingerir menos calorías de las que tomaría normalmente, de tal modo que no las acumule en forma de grasa y suba de peso. Hay que prestar atención en no recortar demasiado las calorías, ya que uno de los objetivos también principales es evitar la desnutrición.
En términos generales, la dieta para personas en cama debe estar formada por alimentos de calidad, mínimamente procesados posible y con una base vegetal, como las frutas, verduras, legumbres, frutos secos o cereales integrales de calidad; si la persona lo desea, se puede completar con alimentos de origen animal como las carnes, pescados, huevos o lácteos.
Y, aunque la dieta que deben llevar estas personas debe ser variada, hay algunos de ellos que pueden favorecer la recuperación, o al menos ayudar a que su salud no se deteriore demasiado. Te los cuento a continuación.
Como te he comentado, el periodo prolongado de inactividad puede provocar pérdida de masa muscular, de modo que es necesario tomar una ingesta de proteínas superior a la que se suele hacer para una mejor recuperación muscular, incluso para su mantenimiento.
Para estos casos, el consumo de proteína puede aumentar a 1,8g por kilo de peso al día (si no tiene problemas renales). Esto es sólo una aproximación, dependerá del caso y las necesidades de la persona.
Asimismo, es importante que las proteínas sean de buena calidad, de alto valor biológico, como son las carnes magras, los huevos, los pescados o los frutos secos. Las legumbres también son muy interesantes a la hora de aportar proteínas en la dieta.
Dependiendo de cada caso, puede resultar útil tomar batidos de proteína en polvo en el caso de que llegar a los requerimientos estipulados sea complicado.
El consumo de fibra es un pilar fundamental en personas que no se pueden mover. Como te he comentado antes, estar encamado durante un tiempo prolongado conlleva a un posible estreñimiento severo, por lo que el aumento de fibra en la dieta debe ser fundamental. Su consumo favorecerá las digestiones evitando o haciendo más leve el estreñimiento ocasionado por la inactividad e incluso por el consumo de algunos medicamentos.
Los alimentos ricos en fibra que se pueden consumir son los cereales integrales, frutas, verduras, frutos secos y legumbres.
Las vitaminas y los minerales ayudarán a la función muscular y al mantenimiento de la densidad ósea, como el magnesio, el calcio o la vitamina D, y facilitan la regeneración de los tejidos (en el caso de algunas vitaminas). Todos los micronutrientes se pueden encontrar en frutas y verduras; por ello, es importante que la variedad de este grupo de alimentos sea lo máximo posible, ya que así, la persona en cama, se asegura un aporte seguro y eficiente de vitaminas y minerales.
Es importante incluir alimentos ricos en antioxidantes para proteger al cuerpo contra el daño oxidativo, como son por ejemplo los frutos rojos, los cítricos, el brócoli o los pimientos, entre otros.
Es sumamente importante que estos pacientes se mantengan bien hidratados, ya que la deshidratación puede afectar al rendimiento físico, la función muscular y, por tanto, a la recuperación.
Una buena hidratación ayuda a mantener un flujo sanguíneo adecuado hacia los músculos, a transportar nutrientes y a eliminar los productos de desecho. De este modo se evitarían infecciones del tracto urinario, se ayuda a la digestión (uno de los problemas que se puede sufrir estando encamado es el estreñimiento), a la circulación, y al funcionamiento general del organismo.
En líneas generales, los alimentos que debería evitar este tipo de personas no difiere mucho de las necesidades del resto de la población. Sin embargo, sí se debería hacer más énfasis en ello para que la recuperación sea más rápida, e incluso el mantenimiento de su estado de salud se mantenga estable.
Son todos esos productos alimentarios que vienen en paquetes, muy palatables y apetitosos que contienen una altísima cantidad de grasas saturadas, azúcares añadidos, aditivos artificiales, etc…
Contribuyen a la inflamación del organismo, aportan calorías vacías (estas no se gestionan de manera adecuada y hacen aumentar de peso) y no proporcionan los nutrientes necesarios que sí aportan los alimentos que te he mencionado en el punto anterior.
Los alimentos ricos en sal aumentan la retención de líquidos en el organismo y pueden provocar una mala circulación sanguínea. Además, un aumento de productos ultraprocesados cargados de sal aumentan la hipertensión arterial, lo cual puede ser perjudicial para el organismo.
Los alimentos más ricos en sal suelen ser los enlatados o ahumados; por otro lado, los productos ultraprocesados más ricos en sal suelen ser los embutidos, snacks, salsas…
Estos productos tienen una enorme capacidad inflamatoria y pueden provocar una mayor acumulación de grasa por las fluctuaciones entre la glucosa y la insulina. La intolerancia a la glucosa es una complicación frecuente en pacientes inmovilizados, ya que el organismo no presenta la misma capacidad para hacer frente a los picos de glucosa que puedan generarse, y se dan casos de hiperglucemia e hiperinsulinemia, es decir, glucosa e insulina altas en sangre.
Dentro de este grupo de productos ricos en azúcar, no sólo se encuentra la bollería, si no también cualquier otro producto ultraprocesado como refrescos, salsas, snacks, galletas…
Para evitar esto, sería recomendable no sólo evitar comer alimentos y productos con un alto contenido en azúcar, sino priorizar alimentos con un índice glucémico bajo que permita mantener los niveles de glucosa estables en sangre. Las legumbres, por ejemplo, son uno de estos alimentos, algunas frutas, frutos secos, verduras… Y alimentos de origen animal, como la carne, pescado, huevos o lácteos, también se podrían consumir sin problemas.
Un consumo, aunque sea puntual, de alcohol puede interferir en la síntesis de proteínas, puede provocar una deshidratación y puede reducir la capacidad del organismo para absorber nutrientes esenciales.
Esto provoca que las recuperaciones en cama sean mucho más lentas, y en muchos casos, lleva a un empeoramiento de la salud.
Tenemos que tener en cuenta que es probable que las personas que pasan largos períodos en cama no tengan apetito, ya que como te he comentado, su consumo de energía es mínimo, y el ambiente en el que se encuentran a veces no es el idóneo (estar en un hospital, por ejemplo).
En estos casos, se pueden presentar las comidas de una forma más apetecible para que la persona que se encuentra en cama tenga más apetencia por comerla; pueden hacerse más comidas durante el día y en menor cantidad para que las ingestas se repartan y de este modo pueda comerse todo lo que hay en el plato; también podría mejorarse el ambiente en el que se encuentre (por ejemplo, si está en un hospital, quitar de la vista el orinal o todo lo que visualmente pueda afectar al apetito).
Dependiendo del caso, puede haber pacientes con problemas de deglución (problemas para tragar), de masticación u otro tipo de problema a la hora de alimentarse. De este modo, las texturas de los platos pueden modificarse:
En personas con trastornos neurológicos o esofágicos sería conveniente preparar los alimentos en masas uniformes, es decir, que no contengan trozos o grumos, ya que pueden esparcirse por la boca generando confusión, terminando con un rechazo a la comida; un ejemplo de esto sería un puré de verduras en lugar de una sopa de verduras.
En este punto quiero ofrecerte un menú ejemplo que se puede dar a una persona que se encuentra en cama por un tiempo prolongado. Es importante saber que se trata de un ejemplo, no está personalizado y no representa el total de la alimentación que debe llevar una persona encamada. Si necesitas ayuda con tu alimentación o con la dieta de una persona que se encuentra encamada, ponte en contacto conmigo, estaré encantada de ayudarte.
Desayuno | Tostada de pan integral con huevo revuelto + Café con leche o bebida vegetal |
Comida | Lentejas estofadas con verduras al gusto y patata + Kiwi |
Cena | Ensalada de espinaca, zanahoria, maíz, remolacha y aceite + Pechuga de pollo con cebolla y champiñón + Arándanos |