Sara Jiménez » Enfermedades autoinmunes » Dietas para artritis reumatoide
La artritis reumatoide supone un problema de salud doloroso que en muchas ocasiones no sabemos abordar.
El tratamiento farmacológico y nutricional deben ir acompañados para conseguir una mejora en los síntomas de cada persona, por lo que la personalización en cada caso es primordial.
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La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune que afecta principalmente a las articulaciones, a los huesos, a los tendones y a los ligamentos de las personas afectadas. Se estima que en España padecen este problema de salud en torno a 250.000 personas.
Se trata de una enfermedad crónica (no tiene cura) y bastante dolorosa para aquellas personas que la padecen. Normalmente es un problema de salud con mayor prevalencia en personas de mediana edad, pero puede aparecer en cualquier etapa de la vida.
En la actualidad se desconocen las causas que provoca esta inflamación en las personas. En muchas ocasiones, este problema de salud está asociado a emociones o estrés, ya que puede presentar brotes relacionados con algún momento puntual estresante o en el que la salud mental no está en plenas capacidades (estrés psicológico, cargas mentales…).
Se sabe que es una enfermedad autoinmune, es decir, que el propio sistema inmunitario identifica como extraño el tejido sano del organismo y lo ataca.
Por el momento, es necesaria la investigación para dar a conocer el motivo o las causas de esta afección.
Los síntomas del artritis reumatoide pueden ser diversos y aparecen de manera gradual en las personas. De manera general, el dolor afecta a las manos, a las rodillas, a los pies, a los tobillos y a la cadera.
Como comento, es una enfermedad que aparece de manera gradual y que puede llegar a intensificar los síntomas que padece la persona. Los primeros síntomas de la artritis generalmente son estos:
De manera gradual, este problema de salud puede intensificar los síntomas llegando a padecer:
Es importante anotar que cada persona es totalmente distinta, al igual que sus síntomas, por lo que no es recomendado compararse con ninguna otra persona. Si sospechamos que pudiésemos tener artritis reumatoide, es aconsejado acudir a nuestro médico para que lo valore.
La primera vía de actuación frente a la artritis es la medicación que nos ha pautado el médico. No debemos abandonar el tratamiento ya que este ayuda a mitigar los síntomas presentes en la enfermedad. Debemos alejarnos de terapias alternativas que no tengan un sustento científico porque pueden entorpecer el tratamiento y agravar los síntomas.
Con todo esto, es importante también tener en cuenta la alimentación si sufrimos artritis. Como te digo, no se curará, pero al menos, junto con el tratamiento médico, ayudará a mitigar los síntomas padecidos.
Es interesante seguir ciertas pautas alimentarias para conseguir reducir la inflamación del organismo; y al igual que cualquier enfermedad autoinmune, es interesante limitar ciertos alimentos de la dieta.
Todo apunta a que la dieta mediterránea es un factor clave para reducir el dolor en la artritis. Pero debemos comprender que en la actualidad, tenemos distorsionado el concepto de dieta mediterránea. Cuando hablamos de este tipo de dieta, nos viene a la mente una cervecita en la playa con los amigos o una paella en el campo con un buen vino… Esto no es dieta mediterránea.
La auténtica esencia de la dieta mediterránea reside en un consumo de frutas, verduras, hortalizas y legumbres, además de frutos secos, cereales integrales y semillas. Se puede completar con lácteos, carne y pescado. Pero además de esto, la dieta mediterránea engloba la práctica de deporte de manera regular y la socialización… No sólo es una dieta.
Este estilo de vida es muy interesante porque el consumo de alimentos de origen vegetal está presente cada día, fomenta el consumo de alimentos locales y de temporada. En base a esto, también hay bibliografía que apunta a reducir y potenciar ciertos grupos de alimentos para conseguir los objetivos propuestos con la artritis.
En cuanto a los alimentos a potenciar, es interesante aumentar el consumo de fruta, hortalizas y verduras para conseguir unos niveles óptimos de vitaminas, minerales y antioxidantes. Es interesante también aumentar el consumo de zanahoria, calabaza, boniato, melocotón o papaya, ya que son ricos en betacarotenos.
Uno de los principales objetivos es reducir la inflamación del organismo para que los dolores disminuyan, por lo que es interesante consumir ácidos grasos esenciales antiinflamatorios, como el omega-3. Este tipo de ácido graso está en pescados azules como el salmón, en el aceite de oliva virgen extra o en los frutos secos como las nueces. Debemos tener también un equilibrio entre el omega-3 y el omega-6 y no abusar de este último, ya que en exceso es inflamatorio. Por ello, es recomendable utilizar aceite de oliva virgen extra y no de girasol, por ejemplo.
Por otro lado, existen alimentos que es recomendado reducir para conseguir paliar los dolores de este problema de salud. Cualquier producto ultraprocesado debe ser reducido a cero de nuestra alimentación.
Además de esto, se debe reducir el consumo de sal en la alimentación para conseguir bajar la inflamación del organismo y mejorar la efectividad del tratamiento (algunos medicamentos provocan hipertensión). Cuando hablamos de reducir el consumo de sal, no sólo nos referimos a quitarnos el salero de nuestras comidas. En muchas ocasiones, no debe ser la primera vía de actuación; en cambio, lo que sí se debe hacer es reducir el consumo de productos ultraprocesados que contienen grandes cantidades de sal oculta y que consumimos sin darnos cuenta. Únicamente el 15% de la sal que consumimos los españoles proviene del salero, mientras que el 75% de dicha sal viene de la que se conoce como sal oculta en productos ultraprocesados.
Por ello, la primera vía de actuación para conseguir reducir el consumo de sal es reducir el consumo de productos ultraprocesados. Después, se puede valorar si reducir o no la cantidad de sal que se le pone a las comidas en casa.
El consumo de grasa saturada se debe reducir y es aquella que está presente en las carnes rojas y procesadas como el embutido, las vísceras o la ternera; pero también es interesante reducir el consumo de mantequillas, nata, lácteos enteros o bollería.
Existen numerosos estudios que apuntan a la eliminación del trigo en las enfermedades autoinmunes para aliviar los síntomas de esta y conseguir una mejora.
Como te comento en el punto anterior, existe evidencia científica que señala a la eliminación del trigo para conseguir mejorar los síntomas de cualquier enfermedad autoinmune. En el caso de la artritis reumatoide, también es una buena estrategia. Según apuntan los estudios, el trigo aumenta la inflamación del organismo en personas con este problema de salud.
Además de esto, eliminar el consumo de trigo, que de manera general viene por parte del pan, supone reducir de manera drástica la cantidad de calorías y sal de la alimentación, por lo que también beneficiará si se quiere conseguir bajar de peso o mantener estables los niveles de tensión arterial. Por ello, se propone sustituir si se desea, el consumo de este cereal por otros más interesantes nutricionalmente hablando, o incluso no tomar ningún tipo de cereal.
Aunque parece que si nos quitan el trigo es el fin del mundo, nada más lejos de la realidad. Una alimentación exenta de trigo es también válida, nutricionalmente hablando, sabrosa y fácil de llevar a cabo. Si tienes dudas al respecto, puedes ponerte en contacto conmigo para que te guíe en el proceso.
No sólo la alimentación puede llegar a influir en la salud de las personas y, este caso, no es una excepción. La alimentación, junto con la medicación, es muy importante para mitigar los síntomas de la artritis reumatoide, pero llevar un estilo de vida saludable también influye de manera positiva.
La práctica de ejercicio físico diaria consigue aliviar los dolores en las articulaciones y reducir la rigidez en las extremidades del cuerpo. Este ejercicio debe llevarse a cabo de manera personalizada, pues cada persona es totalmente distinta y tiene unos síntomas completamente diferentes.
De manera general, el ejercicio de flexibilidad, para fortalecer determinadas zonas e incluso los ejercicios de resistencia pueden ser muy beneficiosos para la salud.
De manera general, las personas con artritis pueden presentar niveles bajos de selenio, por lo que es importante que en la alimentación se incluyan cereales integrales (no aquellos que se venden en una caja para desayuno) o frutos secos.
Además, desde hace ya unos años, los estudios apuntan que la suplementación de vitamina D3 puede ayudar a mitigar los efectos de esta enfermedad e incluso en la reducción de la actividad de la artritis. Por ello, es importante valorar la toma de este suplemento por parte de nuestro médico. También es interesante aumentar nuestra exposición solar, es decir, que tomar el Sol de manera controlada durante diez minutos diarios (sin protección), incidiendo en la cara, los brazos y las piernas, se consigue absorber también buena cantidad de vitamina D.
Además del ejercicio y el estilo de vida saludable, es importante valorar si existe cualquier tipo de alergia alimentaria o intolerancia que impida que el tratamiento sea efectivo al 100%. Esto es una competencia tanto de nuestro médico como de nuestro nutricionista.
En muchas ocasiones, existe una intolerancia alimentaria de base que no es identificada y puede agravar los síntomas de la artritis.
Como ves, la alimentación juega un papel fundamental en un problema de salud como lo es la artritis reumatoide y es importante controlar aquellos aspectos alimentarios para conseguir una calidad de vida óptima. Si tienes cualquier duda con respecto a la alimentación que tienes que llevar en estos casos o quieres llevar una planificación acorde a ello, ponte en contacto conmigo.