Sara Jiménez » Dietas para problemas Digestivos » Dieta para la vesícula biliar
La vesícula biliar es un órgano que cumple una determinada función pero que en algunas ocasiones debe ser extirpada.
Ayuda a digerir las grasas, por lo que el papel de la dieta es fundamental tanto en la prevención de cólicos como tras su extirpación.
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La vesícula biliar es un órgano que se encuentra justo debajo del hígado, en el lado derecho del abdomen y que tiene forma de pera. A pesar de ser un órgano muy pequeño tiene una función muy importante para digerir las grasas del organismo.
Dentro de la vesícula biliar se almacena la bilis que se ha producido en el hígado. En el momento de la digestión, y especialmente cuando se han consumido alimentos ricos en grasas, la vesícula se contrae y libera la bilis almacenada al intestino delgado. La función de la vesícula biliar es la de ayudar a descomponer las grasas en el proceso de digestión, favoreciendo así su absorción intestinal.
El problema más frecuentemente asociado a la vesícula son las piedras dentro de la misma, lo que se conoce como cálculos biliares (técnicamente, se le llama litiasis biliar). Cuando las piedras obstruyen los conductos de salida de la bilis, la vesícula se inflama, provocando una colecistitis y causando un gran dolor y síntomas digestivos como náuseas y/o vómitos. A este proceso también se le conoce como cólico biliar.
Con frecuencia, cuando una persona tiene piedras en la vesícula que no se resuelven favorablemente, los médicos aconsejan su extirpación para la mejora en el día a día de la persona. En muchos casos esto no tiene ninguna consecuencia para la persona que lo padece, salvo la mejora de los síntomas; pero en determinados casos, las personas pueden sufrir episodios de pirosis (acidez de estómago), distensión abdominal, estreñimiento o diarrea. En estos casos, el papel del dietista-nutricionista es fundamental para conseguir disuadir los síntomas y mejorar la calidad de vida.
Dentro de este punto es importante dividir diferentes contextos. La dieta puede ser distinta si juega un papel preventivo, para prevenir cólicos biliares, si la persona ya padece litiasis biliar en el momento presente o si ya ha sufrido una extirpación y se está recuperando de ella. Por ello, aquí quiero recoger todas las posibilidades para que sepas, de manera muy resumida y general, cómo se debe orientar la alimentación en cada uno de los casos.
Si necesitas ayuda, tanto para la prevención como para el post-operatorio, ponte en contacto conmigo y te ayudaré a planificar tus menús de la mejor manera, acorde a tus necesidades.
Los cálculos biliares más frecuentes son los cálculos de colesterol. Estos se producen por un desequilibrio entre la cantidad de colesterol en la bilis y el resto de sus componentes. Al contrario de lo que podría pensarse, no se ha visto una relación directa entre un exceso de colesterol en sangre y la aparición de cálculos biliares; sin embargo, existen otros factores que favorecen el cúmulo de colesterol en la vesícula. Algunos de estos factores no se pueden prevenir o no están en la mano de la persona… serían por ejemplo el ser mujer o la edad avanzada. Pero hay otros que sí se pueden prevenir la formación de estos cálculos, como el sedentarismo, la obesidad, la pérdida drástica y repetida de peso o llevar a cabo una dieta pobre en fibra y rica en grasas.
Por lo tanto, a nivel nutricional, para prevenir la litiasis biliar (cálculos biliares) es recomendado llevar a cabo estas prácticas:
En el caso de que exista ya una litiasis biliar, la dieta irá enfocada a evitar la estimulación de la vesícula y a prevenir el desarrollo o avance de síntomas o, si ya los presenta, intentar disuadirlos en la medida de lo posible. Para ello, además de las recomendaciones anteriores, a nivel nutricional, también se recomiendan los siguientes puntos:
Dentro de este apartado sí que es importante hablar de ciertos alimentos o productos que es recomendado evitar cuando existen cólicos biliares. En su gran mayoría son productos ultraprocesados de mala calidad que sólo empeorarán los síntomas y derivará a una extirpación. A continuación te indico los alimentos a evitar cuando ya existen cólicos en la vesícula biliar:
Embutidos y carnes procesadas | Mantequilla y margarina |
Carnes rojas y grasas | Cereales refinados de mala calidad |
Productos ultraprocesados | Verduras flatulentas – Coles, alcachofas, brócoli… |
Frutos secos fritos | Legumbres – Son mejor toleradas en puré |
Bollería | Lácteos enteros |
En muchos casos, es determinante eliminar gran parte de la grasa tomada a través de la dieta, por lo que se recomendaría tomar los lácteos desnatados. Pero como te comento, se trata de un tratamiento muy personalizado y esto lo debe pautar tanto el médico como el dietista-nutricionista.
Tras una extirpación de la vesícula biliar, también llamada colecistectomía, el cuerpo se queda sin el reservorio de bilis necesario para digerir bien las grasas de la dieta. Por ello, tras consumir alimentos ricos en grasas pueden verse agravados una serie de síntomas como las náuseas, los vómitos, los cólicos, el hinchazón o la diarrea. Generalmente, estos síntomas son transitorios y duran entre dos y cuatro semanas, y van a ocurrir sobre todo cuando se consume una comida muy abundante o muy rica en grasas.
Tras la cirugía, en el hospital darán unas pautas dietéticas para los primeros días que suelen consistir en una dieta líquida, semilíquida y blanda, valorando la tolerancia de la persona y pasando de un tipo de dieta a otro según se observe.
Una vez que se pueden introducir los alimentos sólidos, es recomendable las primeras semanas tras la operación llevar a cabo una serie de pautas. Es importante anotar que se trata de recomendaciones, cada persona necesitará unas pautas concretas, según su caso. Aquí te indico las principales recomendaciones dietéticas tras la extirpación de la vesícula biliar:
Tras unas semanas llevando a cabo este tipo de alimentación, tanto el médico como el nutricionista deben valorar la introducción de los alimentos que previamente estaban limitados. Esta introducción debe hacerse paulatina y observando en cada momento la tolerancia de la persona, puesto que cada una tendrá una diferente. Por ello, es muy importante ponerse en manos del profesional sanitario cualificado. Si necesitas ayuda con la planificación alimentaria, ponte en contacto conmigo y estaré encantada de ayudarte.