
Sara Jiménez » Blog de Sara Jiménez » Alimentación saludable » Los productos light engordan
Vivimos constantemente rodeados de productos light, 0% materia grasa o sin azúcares para que intentemos cuidar la línea pero, ¿de verdad ayudan a adelgazar?, ¿son saludables?. La respuesta es fácil y sencilla: NO. Sigue leyendo este post y te daré todas las claves para saber qué es un producto light.
Si lo analizamos rápido y a simple vista, pensamos que un alimento light se trata de un alimento más saludable que su homólogo no light; simplemente relacionamos la palabra light con sano. Un problema que esto conlleva es que damos rienda suelta a nuestra voracidad alimentaria y arrasamos con este tipo de productos con la idea de que es más sano. Pero vamos a analizarlo tranquilamente y vamos a aprender qué es un producto light en realidad.
La CIOA (Comisión Interministerial para la Ordenación Alimentaria), en 1990 definió a la perfección lo que es un producto light o ligero.
Para que un producto se catalogue como light o ligero debe tener un homólogo no light, es decir, que una mayonesa light, para ser catalogada como tal, debe tener una mayonesa original. Además de esto, a un producto light se le debe reducir un 30% su contenido calórico con respecto a su homólogo no light. Para conseguir reducir las calorías, se reduce un poco la cantidad de grasas o azúcares del producto original, nada más.
Esto no significa que sea más saludable. Una mayonesa, por poner el ejemplo anterior, tiene gran cantidad de grasas, y a veces de dudosa calidad, y sólo por quitarle un 30% de esa grasa, no se convierte en un producto saludable.
Al reducir el contenido en grasa de un producto, hace que se pierda palatabilidad, es decir, se pierde sabor; y la Industria Alimentaria se encarga que el sabor sea el mismo (o muy parecido) añadiendo aditivos o azúcar para contrarrestar esa pérdida. Así, un producto light o bajo en grasa tiene prácticamente el mismo sabor que el original.
Esto mismo ocurre con los productos 0% en grasa (no sólo los light). Si nos fijamos bien en su lista de ingredientes, ahí está el azúcar (o edulcorante), para contrarrestar el sabor de la pérdida de grasa. Y no nos pensemos que los productos 0% azúcar, que ahora están muy de moda, se quedan atrás, la Industria Alimentaria le añade grasa (de dudosa calidad) o edulcorantes para que no notemos mucho la diferencia. Como vemos, la Industria Alimentaria juega con la grasa, el azúcar y otros aditivos para que el sabor no se pierda, sin primar la salud de las personas.
Y volviendo a los productos light… ¿Nadie se ha bebido nunca dos latas de un refresco light pensando que, al ser light, es más sana? En el fondo, al tomar el doble de cantidad de un producto light lo estamos haciendo igual de mal. Deja de pensar que porque tenga la palabra light en su etiqueta va a ser más sano y aléjate de ese halo de salubridad que rodea a todos los productos light.
Claramente, no. Nuestra alimentación se debe basar en alimentos reales y mínimamente procesados.
Como bien nos dice mi compañero Alex en su blog, estamos frente a una era de productos bajos en azúcar, pero ya venimos de una era de productos light que nos ha dejado un panorama devastador. Estamos frente a un ambiente obesogénico muy preocupante y la Industria Alimentaria se aprovecha de nuestra curiosidad y nuestra voluntad por cambiar nuestra alimentación y nos ofrece productos más llamativos, con «reclamos saludables».
Vemos infinidad de productos light que nos hacen pensar que son más saludables y con ello, dar rienda suelta a nuestro apetito. ¿Nos hemos parado a ver la lista de ingredientes de esos productos? Como hemos visto, aunque un producto se catalogue como light, no significa que sea saludable, y mucho menos que ayude a no engordar. Pero la Industria Alimentaria ha jugado muy bien su papel y nos ha hecho creer que desayunando jamón cocido light con un vaso de leche con cacao soluble 0% grasa es mucho más saludable que tomarse unas aceitunas con un tomate picado.
El primer desayuno no tiene grasa y al segundo le tenemos pánico por la cantidad de las mismas que pueda tener.
Vamos a priorizar esos alimentos reales y dejar a un lado tanto producto procesado (por muy light que sea).
De esta vertiente, se aprovecha todo el mundo, hasta tal punto que aparecen en el mercado aguacates light, para sustituir al tradicional y que cuenta con menos calorías y grasas que el tradicional. ¿Alguien se ha parado a pensar que el aguacate en sí ya es saludable y tenemos que consumirlo tal cual? La necesidad de ganar dinero de algunas empresas y la imperiosa necesidad de tener que consumir productos saludables, hacen que salgan cosas al mercado sin sentido
Aguacate light de Isla Bonita
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Crearnos una necesidad de comprar productos light hará que consumamos esos productos, pensando que son más saludables y sin mirar la lista de ingredientes. ¿Sabías que unas patatas fritas light siguen teniendo aceite de palma? o ¿sabías que el queso de untar, tipo Philadelphia sigue llevando nata entre sus principales ingredientes? Consumiendo estos productos pensamos que son más saludables y desplazamos el consumo de alimentos que realmente sí son buenos.
Patatas fritas light de supermercados DIA
El ejemplo lo tenemos claro. Si compramos una mayonesa light pensando que es saludable, en nuestro plato vamos a poner el doble de cantidad que si hubiésemos comprado una mayonesa normal, y a fin de cuentas, estamos consumiendo lo mismo. «Como es saludable, puedo permitirme poner más en la comida«, pensamos.
Por ello, vamos a cambiar el chip y vamos a ponernos el doble de comida real en nuestro plato y la mitad de los productos ultraprocesados que podemos encontrar en el supermercado. Si comparamos unos con otros, los alimentos reales ganan por goleada.
En consulta, y siempre que me piden opinión, doy el mejor consejo que creo que funciona en estos casos: leer las etiquetas de los alimentos.
Si leemos lo que vamos a comprar, aunque en la parte delantera nos indique que es light, comprobaremos la calidad del producto. Aprender a hacer la compra, saber leer los ingredientes de los productos y valorar e identificar cuales son los mejores hará que nuestra compra y nuestra alimentación sea óptima.
Mi recomendación es que dejemos atrás el consumo de tanto producto light, 0% grasa o bajos en azúcares para pasar a consumir alimentos reales, basando nuestra alimentación en vegetales, como las frutas, verduras, legumbres, hortalizas o frutos secos. Y para hacerlo todo más perfecto, si nuestra alimentación es local y de temporada, muchísimo mejor, así aprovechamos todo lo bueno que nos aporta la alimentación real. Nuestra salud nos lo agradecerá (aunque la Industria Alimentaria no tanto).
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Alimento real, para una vida real.
Excelente.
Sara, la pandemia del azúcar llega aparentemente de forma inexorable a los niños que reciben medicación que desde ya son dulces para que ellos lo puedan tomar. Ningún medicamento refiere en su contenido la cantidad de azúcar que le ponen. ¿Crees que sea necesario saberlo? ¿O el fin lo justifica? Azitromicina, panadol, ibuprofeno, etc.
Gracias por la información.
Gracias por tu comentario John! La verdad es que es un despropósito cómo cargan de azúcar los medicamentos infantiles sólo para que se lo tomen o sea fácil hacerlo. La verdad es que deberían indicar la cantidad de azúcar y edulcorantes que añaden, no sólo a medicamentos si no en todos los productos de consumo. No es de obligado cumplimiento indicar la cantidad de edulcorantes de un producto (sí de azúcar), por lo que de manera general no lo indican. Esto no significa que sea una buena práctica.